La Biblioteca del ICIP ha acogido este jueves la presentación del Informe sobre el Estado Efectivo de la Implementación del Acuerdo de Paz en Colombia, elaborado por el Instituto Kroc de Estudios Internacionales de Paz de la Universidad de Notre Dame, un centro norteamericano de investigación que se dedica a la investigación para la paz y está especializado en el seguimiento comparado de procesos de paz y su implementación.
El acto ha ido a cargo de Borja Paladini, representante del Instituto Kroc en Colombia y coordinador de la iniciativa Barómetro de seguimiento de la implementación, y ha contado con la presencia de las directoras del ICIP y la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, Tica Font y Carme Gual, respectivamente.
Se trata del primer informe público sobre el estado de la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia, suscrito en noviembre del 2016 entre el gobierno colombiano y las FARC y analiza 558 disposiciones o compromisos observables (entre diciembre de 2016 y agosto de 2017), desde enfoques transversales: derechos humanos, género, étnico y territorial. El resultado es un análisis cualitativo, cuantitativo y al mismo tiempo comparativo con 34 acuerdos de paz que se han suscrito por todo el mundo y que también han sido objetivo de estudio del mismo Instituto Kroc. Como conclusiones generales, el informe constata que la implementación de los compromisos adquiridos por el gobierno colombiano y las FARC se está llevando a cabo en 251 disposiciones estudiadas (en diferentes grados), un 45% del total, y que esta implementación está siendo un proceso de diálogo y negociación entre las dos partes. En el 55% restante, la implementación no se ha iniciado. El trabajo también concluye, según ha explicado Borja Paladini, que «la implementación no está estancada, sino que va avanzando, cada mes ha habido un progreso, aunque esta no responda a las expectativas de las partes y de la gente»
En este contexto, Paladini constata que la construcción de paz en Colombia se puede interpretar desde dos ópticas: una más positiva y una más negativa. Como parte positiva, destaca el fin del conflicto armado (alto-el-fuego y abandono de armas); mecanismos de implementación del acuerdo ya efectivos, avances institucionales y en la amnistía de presos; y un ritmo de implementación más rápido que en otros acuerdos de paz. Como parte negativa, el informe destaca la falta de una reforma política y del desarrollo de la Jurisdicción Especial de Paz; la falta de un enfoque de género y étnico; la parálisis relativa al punto del acuerdo en lo referente a la distribución de las tierras; y la falta de efectividad del despliegue de las garantías de seguridad y de protección. En este sentido, Paladini constata que «los asesinatos de líderes y excombatientes continúan y la gente no se siente más segura que antes en los territorios, hecho que es motivo de preocupación».
Como conclusión, Paladini afirma que hay «bases fuertes» para la construcción de paz en Colombia pero «hay que dar respuesta a las preocupaciones porque las señales de alerta pueden llevar a un bloqueo de la paz, ya que los procesos de implementación de los acuerdos son muy frágiles». Asimismo, el representante del Instituto Kroc en Colombia considera que «la paz se tiene que entender como una cosa que se construye desde los territorios» y que «hay que ampliar el alcance de la paz a la población en general, sobre todo a aquellos colectivos más vulnerables y afectados por|para el conflicto violento».

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